2 de noviembre de 2009

I(ncienso) y U(rticaria)

Podría haber ilustrado esta entrada con una imagen de un tal José Manuel García, que aparte de a joder y regalar dinero que no es suyo, no sé a lo que se dedica. También podría haber estado la fotografía del anagrama de esos revolucionarios de pacotilla y buen sueldo. Incluso podría haber puesto la imagen de un vómito, que es lo primero que a la mente me viene cuando de estos tipos escribo. Pero no, a fuer de ser justo, la entrada la tenía que ilustrar la foto de Don Antonio González Ríos, que entre otras cosas y además de darme el título del post, ha conseguido vencer al tal José Manuel García con una simple sentencia: “Conseguiremos más firmas contra esta decisión que votos tiene en Sevilla IU”.


El entrañable Antonio descubre sin querer uno de los grandes enigmas de la política sevillana. Sin darse cuenta, nos da el verdadero significado de las siglas del partido del tal José Manuel García: “El olor a Incienso les produce Urticaria”. ¡Ole, ole y ole Antonio!, tu sí que te mereces una calle y no la “sevillana” Pilar Bardem.


Porque el tal José Manuel García y sus compinches no tienen bastante con seguir haciendo que Sevilla sea el hazmerreír de toda España con su negativa a conceder a Felipe González el título de hijo predilecto de la ciudad llevando la contraria al PP y al PSOE. No tienen bastante con prohibir homenajes literarios al más puro estilo estalinista (que es lo que les pone). No, ahora querían poner en la calle a una asociación que hace más por la juventud sevillana que lo que el tal José Manuel García y sus colegas harán en toda su vida.


Resulta que Don Antonio y las bandas de las Cigarreras, además de tener cerca de 400 jóvenes en sus escuelas de música, han paseado el nombre de esta ciudad por toda España para bien, no cómo el tal José Manuel y sus amigos hacen. El problema es que cómo Cigarreras suena a cofradía y huele a incienso les produce tal urticaria que les sale la vena dictatorial que en el fondo llevan dentro, demostrando entre otras cosas, no tener ni puñetera idea del estrato social que forma la banda y por ende el de los cofrades de Sevilla.


Me alegra que el alcalde por una vez haya parado los pies a estos personajes y me alegro por Antonio, por sus pocas horas de sueño cuando salía a las tantas de los ensayos y a las seis ya estaba en la Fábrica de Tabacos currando (sano ejercicio que alguna vez deberían practicar el tal José Manuel y sus coleguitas), por las horas quitadas a su familia y amigos, por su continúa preocupación por dejar el nombre de Sevilla bien alto, por su bonhomía y saber estar. Porque Antonio y su banda ha puesto banda sonora a la vida de muchos sevillanos de mi generación, porque Antonio y su gente, saben más de política social y de juventud de lo que el tal José Manuel sabrá jamás.


Y el tal José Manuel que no se queje mucho ahora, que así tendrá más tiempo para ir pensando cómo reponer el dinero que a los sevillanos nos distrae para sus ayuditas, conciertos y viajes a Venezuela, Cuba, Bolivia y demás, que cómo todos sabemos son famosas y destacan por la gran labor social en pro de su juventud y por su sana democracia participativa.