30 de enero de 2010

EL MIEDO Y LA PROSTITUTA


Amarillo esparto que a la prostituta retiene,
merino en una capa para envolver el miedo.
Frente a la prostituta y con el temor en el alma
porque sois humanos; cómo yo, cómo todos.

Miedo terrenal y mujer de la vida.

Hoy los dos salís a la misma hora
en una mezcla de barrios diluyéndose:
viejos temores del Pumarejo y
antiguas meretrices por la Alameda.

Humanos cómo yo, cómo todos.

Hoy salís a la misma hora,
anocheciendo y en silencio como el miedo.
Discretos y sin ruido cual María Magdalena.
Siempre velados tras brillos azul plata
y ocultos tras un fulgor de rosarios.

Sois mi vida . . . ¿cuántos años ya?
y hoy salís . . . humanos cómo yo.