19 de marzo de 2011

CRUCIFIJOS


"El Tribunal Europeo de Derechos Humanos sentencia que la presencia de cruces en los colegios italiano no viola el derecho a la educación ni la libertad de pensamiento y religión".

A mi no me molesta,
pero su reino no es de este mundo.

Gracias a la educación católica que recibí en el Colegio Claret,
me siento libre para opinar.
Y no comparto la sentencia de Estrasburgo,
un estado aconfesional no debe poner crucifijos en las escuelas públicas.

Y a mi no me molesta,
porque yo rezo a esa cruz.

Gracias a mis padres,
cuya sólida formación cristiana me traspasaron,
me siento en mi derecho de criticar.
Y critico la decisión de Estrasburgo,
una escuela pública
mantenida por ateos, agnósticos, judíos, musúlmanes y cristianos
no debe exhibir ningún símbolo representativo
de ninguna religión, ningún partido, ninguna opción social.

Y no, no me molesta.

Porque mientras la miro, porque mientras le rezo
(y diariamente lo hago), le agradezco la fuerza y la libertad que me otorga
para entre otras cosas, poder opinar de este modo.

Porque no me molesta, puedo escribir con libertad
y compadecerme de aquellos a los que si molesta.
Porque nunca entenderán que un simple católico de a pie
puedad pensar y manifestarse de una manera
que sus fantasmas jacobinos
jamás a ellos permitirían.

2 comentarios:

Javierito dijo...

Chapó...y touché.

Calleferia dijo...

Bienvenido hermano

¡¡ Que me gusta mi gente de San Julián y los pititis de la Calle Feria!!

saludos