10 de julio de 2010

MEINE NATIONALMANNSCHAFT

Por materna herencia, mis sentimientos patrióticos deportivos son más anglo-germánicos que hispanos. Mi primer mundial lo viví en casa de mi abuela alemana viendo cómo una nación dividida por la guerra se enfrentaba en un campo de fútbol. Una, (la buena decían aquí, la del oeste allí) ganó ese mundial. No era el primero que ganaba ni fué el último.

Con los años, he continuado apoyando a Die Mannschaft y me he seguido emocionando mientras cantaba Das Deutschlandlied. Y eso llevaba consigo el respeto al rival, jamás leí periódicos, escuché radios o ví televisiones donde se menospreciara al contrincante, donde hubiese indirectas racistas, donde la mofa fuera arma arrojadiza.


Desde aquel mundial del 74, siempre jugó igual mi selección; nunca la daban favorita aunque casi siempre llegó a semifinales o finales. Era (es) una selección de verdad, en las alineaciones titulares nunca hay menos de cinco equipos representados y a día de hoy es la que más partidos ha jugado en un mundial.


Nunca presumí de eso, nunca eché en cara a mis amigos y compatriotas españoles lo que su selección hacía. Hoy, compruebo con tristeza como está de actualidad aquel dicho de que es más difícil saber ganar que saber perder. Salvo honrosas excepciones, muchos aficionados y la prensa española (que en 48 horas volverá a odiar a todo lo que no huela a Madrid), han animado a España menospreciando al rival, criticando al contrario (no sólo deportivamente).

Yo, que no soy cómo muchos catalanes o vascos, me alegraré de que España gane, aunque sé y estoy convencido de que esto es flor de un día. De dos años para acá se ha producido un gran proceso de márketing por medio de ciertas empresas mediáticas en torno a la selección. Pero se basa sólo en los triunfos y cómo digo, en la falta de respeto al contrario. Aquí, no hay tradición de selección.


Muchos, cómo yo, jamás vibrarán con España cómo lo hacen con Sevilla o Betis, no llorarán por un partido de la selección mientras que si lo harán en uno de su Valencia o su Cádiz. En realidad, los seguidores de la selección no suelen ser aficionados fieles al fútbol.


Repito, aunque sólo sea por ver las caras de alegría de mis conciudadanos me alegraré de que España gane; aunque sólo sea por ver cómo una bandera empieza a ser de todos y aparece sin complejos en los balcones me alegraré de que se traigan la copa. A pesar de que los periodistas que el resto del año insultan a mi gente ahoran la quieran cómo palmeros; a pesar de que los políticos que nos llaman vagos y paniaguados pidan ahora el apoyo de los míos.


A pesar de que mi selección ya no esté en el mundial, me gustaría que ganase España.
Aunque sólo sea por ver las caras de alegría de tanta y tanta gente de Sevilla. . .que es mi verdadera patria.

6 comentarios:

Reyes dijo...

Ocurre algo curioso, cuando gana, te alegras, pero cuando pierde, te da igual.
Estoy de acuerdo absolutamente contigo, yo recuerdo a Beckenbauer como si Dios mismo estuviese en el televisor de mis padres.

Besos.

costalero gruñón dijo...

A mí me gusta mi selección, me gustaba cuando veía las fotos de Camacho en el álbum de mis padre; y me gustó cuando Michel, Butragueño, Salinas, se grabaron a fuego en la memoria de mi adolescencia...después vinieron codazos a Luis Enrique, robos en Korea, y la victoria frente a tu selección en la Eurocopa. Fue bonito, por la categoría del rival, y lo trascendental del momento.

Esta noche animaré a mi selección, y espero que gane, por todos los que la animamos por encima de los colores de nuestros clubes.

Gran entrada amigo, nunca dejarás de sorprenderme. Un abrazo desde Granada

Enrique Henares dijo...

Pues a mí, querido Luis, como he escrito en el blog, ya no me sale ni siquiera querer que gane. En fútbol sólo me duele y me emociona el Betis, como a ti el Sevilla y todo esta historieta, capitaneada por una prensa deportiva que no soporto, me supera desde que tuve uso de razón para entenderla.

Piecito dijo...

Personalmente creo que es una pena que Alemania no llegara a la final, que no jugaran contra España igual que lo hicieron contra Uruguay, Y de España ya estoy saturada, no se lo que durará la euforia y ese " yo soy Español, Español, Español...", Hay varias cosas una es que me alegro aunque no lo parezca, (ya era hora que ganaran), sobre todo después de ver como juega Holanda que daba miedo. Otra es arrebatar la bandera a ciertos sectores, (ya era hora también), pero lo mejor de todo es darte cuenta de como une el deporte a la gente, en este caso el futbol.

Me gusta la entrada, igual que el paso de Alemania por el mundial, muy elegante.
Un beso

Anónimo dijo...

El primer Mundial que recuerdo fue el de Alemania 74. Allí no estuvo la selección española.

No sé por qué, me hice seguidor del equipo alemán y es mi segundo equipo. Quizás por "Bomber der nation" Müller. Era un jugador que me encantaba: paticorto, tipo tonelete, pero extremandamente letal cerca de la portería.
También me enganchó, por supuesto, Maier, Beckembauer, Breitner y toda esa generación, del Bayern en su mayoría, que bordaba el fútbol, pero mi debilidad era Müller.
Es un delantero que tiene números goleadores a nivel nacional e internacional que no han sido batidos.
Ya no es el máximo anotador absoluto de los Mundiales porque ahora se juegan muchos más partidos, pero en la relación goles por partido no se le acercan ni Ronaldo, ni Klose.

Mirando sobre Müller en internet, acabo de ver que nació en Nördlingen, que es una ciudad que visité hace algunos años, lástima no haberlo sabido entonces.

Calleferia dijo...

Seguramente sea esa la mejor descripción Dama, "te da igual". Besos.

Querido Costalero, espero sorprenderte para bien. Un abrazo.

Enrique, es que lo que sentimos por Betis y Sevilla, no es comparable con ninguna selección. Abrazos.

Al final te has hecho tan forofa de la Mannschaft como yo querida Piecito. Un beso.

Me acuerdo que me contaste lo de Nördlingen Maese. Y por cierto, se te ha olvidado ese pequeño gran lateral que nunca sonreía. . .¿te acuerdas de Berti Vogts?. Un saludo